En un mundo afectado por el cambio climático, las comunidades del Chaco paraguayo se encuentran en una encrucijada. Necesitan adaptarse a las transformaciones ambientales, las prolongadas sequías y recurrentes inundaciones, y a la rápida transformación paisajística y económica de la región, al mismo tiempo que buscan preservar su cultura y estilo de vida, así como mejorar sus condiciones de desarrollo humano. La supervivencia está ligada a la capacidad de adaptarse a estas transformaciones.
En este contexto, el Proyecto Vida en el Pantanal, una iniciativa conjunta de las organizaciones Pro Comunidades Indígenas (PCI) y WWF-Paraguay, respaldada por la Unión Europea y los gobiernos locales (Municipalidad de Carmelo Peralta y Gobernación de Alto Paraguay), ha estado trabajando estrechamente con las comunidades del distrito de Carmelo Peralta en el departamento Alto Paraguay. Esta zona es considerada la puerta de entrada al Pantanal, un lugar de una riqueza biológica y cultural excepcional que representa además, un punto estratégico en el Chaco por donde el territorio paraguayo se conecta con todo el continente a través de la ruta bioceánica y el puente internacional, que actualmente se encuentra en proceso de construcción.
Tras casi tres años de esfuerzo continuo, el Proyecto Vida en el Pantanal ha logrado respaldar la creación y reactivación de asociaciones de mujeres y hombres dedicados a la producción amigable con el medio ambiente en Carmelo Peralta. Este esfuerzo tiene como objetivo principal fomentar la gobernanza territorial y el desarrollo sostenible en la región. Como parte integral de este proceso, surgió el desafío de crear un espacio de intercambio de conocimientos y experiencias que trascienda los límites locales.
Esto dio lugar a las Jornadas de Intercambio Biocultural del Chaco/Pantanal que se llevaron a cabo del 13 al 15 de septiembre en Puerto Casado. El evento, impulsado por el proyecto, superó todas las expectativas porque logró reunir el esfuerzo de varias instituciones en la organización, además de ampliar las perspectivas de los productores, acelerar los procesos de aprendizaje y promover soluciones desde las bases y de manera participativa.
Participaron más de 80 productores, entre ellos mujeres y hombres tanto indígenas como no indígenas que forman parte activa de asociaciones de apicultura, artesanía, horticultura y producción agroecológica. Estuvieron representadas 20 asociaciones de 5 localidades chaqueñas: Fuerte Olimpo, Bahía Negra, Carmelo Peralta, Puerto Sastre y Puerto Casado. Además, el evento contó con la participación de invitados especiales de Argentina, las organizaciones Cultura Ambiental, Causa Ecologista (CAUCE) y Kuña Piru.
El equipo de Vida en el Pantanal, articulado por PCI y WWF-Paraguay trabajó deforma conjunta con CODES, Eirete Pantanal y KAVA. De esta manera, la financiación fue compartida con proyectos como Tejiendo la Ruta de la Miel y Humedales Sin Frontera; Voces para la Acción Climática Justa y Salvando el Corazón de Sudamérica.
Gestión territorial en la práctica
La gestión territorial del Chaco paraguayo parece un concepto lejano para los pobladores en general. Entendiendo que esto se interpreta como un conjunto de acciones que buscan planificar, organizar y administrar un vasto territorio, de manera eficiente y sostenible.
Las jornadas de intercambio biocultural en Puerto Casado fueron una interesante aproximación a este concepto, al demostrar que la gestión territorial que se busca desde distintas iniciativas, entre ellas el proyecto Vida en el Pantanal, es un proceso y un resultado de varios factores, como ser: la suma de esfuerzos para sostener y promover el espíritu del bien común en la organización, el diálogo respetuoso, el intercambio de conocimientos y el trabajo colaborativo, todos estos factores, se vivieron durante esta experiencia.
A través del diálogo, los productores tuvieron la oportunidad de identificar posibles soluciones a los retos que enfrentan ante los efectos del cambio climático. Reforzaron la idea de que es necesario trabajar de manera colaborativa y a tomar medidas para afrontar situaciones extremas y seguir siendo productivos.
Otro aspecto esencial resaltado durante el encuentro es la necesidad de buscar financiamiento a nivel regional para el fortalecimiento de las asociaciones de producción. Al finalizar las jornadas, el desafío que todos acordaron abordar de manera conjunta es el acceso a nuevos mercados para los productos del Chaco.
Entre las soluciones consensuadas incluyen seguir trabajando en la concientización sobre el daño al medio ambiente causado por prácticas inadecuadas de producción y promocionar estrategias de una producción agroecológica sostenible. Además, se remarcó la importancia de aprovechar y crear más oportunidades de capacitación y de intercambio, así como fortalecer las capacidades para comercializar con mayor eficiencia sus productos. En este sentido, el marketing digital se destacó como clave y accesible para los productores, al alcance del celular, por lo tanto, se remarcó la necesidad de seguir adquiriendo habilidades.
Experiencias que aceleran el aprendizaje
La apicultura y la artesanía son actividades altamente sostenibles, ya que no impactan negativamente en el medio ambiente, involucran la mano de obra y la capacidad creativa de las mujeres y hombres, pudiendo llegar a generar ingresos significativos para las familias.
Fueron presentaciones destacadas la “Experiencia de la yerba mate ecológica OÑOIRU” realizada por el Ing. Pedro Vega,y la “Experiencia en la producción y comercialización conjunta de miel y sus derivados” presentada por el Lic. Hugo Olmedo y la experiencia del Sello Agroecológico «Sin Fronteras» que estuvo a cargo del Ing. Julián Paradi de la organización argentina CAUSE y el programa Humedales sin Fronteras.
«Las experiencias relacionadas con la producción orgánica de yerba mate y su largo proceso para llegar a una comercialización significativa resultaron especialmente relevantes para trazar un camino. Fue enriquecedor escuchar testimonios similares en otros sectores que aportaron valiosas perspectivas» comentó Carlos Giesbrecht – PCI, coordinador del Proyecto Vida en el Pantanal por parte de PCI.
El evento de tres días culminó con una feria de productos, un festival con demostraciones artísticas y culturales y una visita guiada al apiario de Kava de Puerto Casado.
El cuidado en los detalles
Para hacer posible un evento de esta magnitud, se movilizó un equipo de trabajo altamente comprometido. El equipo de Vida en el Pantanal se encargó de coordinar el transporte desde los lugares de origen, proporcionar la alimentación, y junto con el equipo CODES gestionar el hospedaje, proveer los materiales necesarios y ofrecer cuidado infantil para que las mujeres pudieran participar activamente en las conversaciones. Se prestó especial atención a estos y otros aspectos fundamentales para garantizar que el evento cumpliera todos los objetivos.
Las jornadas de intercambio biocultural en Puerto Casado fueron un ejemplo inspirador de cómo llevar a cabo la gestión territorial paso a paso en el Chaco. La colaboración interinstitucional, la adaptación de prácticas sostenibles y la inclusión activa de mujeres y jóvenes son elementos esenciales para fomentar la resiliencia de estas comunidades.
A medida que el cambio climático continúa desafiando a la región, es importante seguir aprendiendo y adaptándonos juntos para garantizar que las comunidades del Chaco puedan seguir prosperando y generando bienestar para sus familias y comunidades. El Proyecto Vida en el Pantanal, PCI, WWF-Paraguay y la Unión Europea junto a los gobiernos locales están comprometidos en este trabajo y esperan que estos aprendizajes compartidos inspiren a otros a unirse a esta causa vital.